La visita al Zoo para alguien como yo, que siento conexión con los animales, provoca sentimientos encontrados. Por un lado disfrutas viéndolos, enseñándolos a tus hijos y haciéndoles fotos, por otro sufres al verlos encerrados, tristes y agobiados con tanta visita y en un entorno artificial, por muy bien cuidados que estén.
Sin querer me centre en la mirada de algunos de ellos. Miradas tristes, sobretodo los grandes mamíferos
Otros curiosean y parece que lo llevan de otra manera
Al final, cuando sabes que son animales irrecuperables para la vida salvaje, algunos requisados a "personas" que los tenían en malas condiciones, otros rescatados de los mercados ilegales de tráfico de animales, etc... te queda una sensación un poco menos desagradable.
Hasta la vuelta
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