martes, 25 de febrero de 2014

Zoo de Barcelona. Primera parte
La visita al Zoo para alguien como yo, que siento conexión con los animales, provoca sentimientos encontrados. Por un lado disfrutas viéndolos, enseñándolos a tus hijos y haciéndoles fotos, por otro sufres al verlos encerrados, tristes y agobiados con tanta visita y en un entorno artificial, por muy bien cuidados que estén.
Sin querer me centre en la mirada de algunos de ellos. Miradas tristes, sobretodo los grandes mamíferos







Otros curiosean y parece que lo llevan de otra manera









Al final, cuando sabes que son animales irrecuperables para la vida salvaje, algunos requisados a "personas" que los tenían en malas condiciones, otros rescatados de los mercados ilegales de tráfico de animales, etc... te queda una sensación un poco menos desagradable.



Quedan algunas fotos por editar que os enseñaré en la próxima entrada. Ahora me marcho a Budapest, no creo que tenga demasiado tiempo de hacer fotos allí porque llevo mucho trabajo y unos horarios muy apretados pero lo intentaré.
Hasta la vuelta

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